¡Tiempos difíciles para los profesores! vivimos en un mundo totalmente globalizado, tecnológico, sistematizado. La información, buena o mala, correcta o incorrecta, está al alcance de todos: cabinas, computadoras, laptops. Toda la tecnología en manos de nuestros jóvenes alumnos que confían más en un artículo de una página Web, que en las palabras de sus profesores.
Como profesora de Comunicación me preocupo porque mis alumnos reconozcan el sustantivo y el adjetivo, que aprecien la belleza de las palabras de Shakespeare, y que disfruten de los relatos de Cortázar. Les enseño las técnicas del subrayado, la jerarquización de ideas y el mapa semántico. Todo ello en el marco del Programa Oficial que se desarrolla a lo largo del año escolar. Pero considero más importante que descubran “ La Constante de la Vida” en las obras estudiadas, que asuman el reto de su propia realidad y traten de cambiarla con esfuerzo, constancia y trabajo; que recojan toda la información que deseen de Internet y que la pongan en el contexto adecuado, que sepan discriminar, que la esquematicen, que construyan su propio aprendizaje. Que tenga el criterio adecuado para tomar decisiones correctas en beneficio propio y de la comunidad.
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